16 de Julio de 1940
Nos casamos Carmen y yo en la Iglesia de San Lorenzo en la calle Salitre.
Hacía escasos meses que había acabado la guerra. Tiempos muy difíciles de miedo y hambre, incluso peores que la propia guerra.
Sin vestido de novia, ni traje.
Sin banquete.
Sin viaje de novios.
Solos, con nuestro amor.
El padrino fué Antonio Morales, quien al firmar el acta del matrimonio, derramó una gota de tinta e hizo un gran borrón. Alguien que estaba presente sentenció un mal comienzo (luego, dijeron que era una bruja) y como lo predijo ocurrió!
– La muerte por accidente de mi hijo Luisito.
– La tremendas secuelas del accidente, de padecimientos y dolores que padeció Carmen toda su vida.
La muerte del propio Antonio Morales en la cárcel, apuñalado por otro presidiario.
Antonio, mató a su mujer después de una discusión. Por causas del juego al perder en una partida de cartas, se fué a su casa a por más dinero para seguir jugando y después de un fuerte altercado con su esposa, acabó con la vida de su mujer y él, a prisión!
